Universitat Rovira i Virgili

Òscar Saladié

Investigador del Departamento de Geografía

Geografía

El cambio climático es responsable de que las situaciones meteorológicas adversas para realizar actividades al aire libre sean cada vez más frecuentes. En un clima como el nuestro, el verano es la época del año que, debido al calor, plantea más retos a la organización de actividades en la calle. Los castells son un ejemplo de ello, ya que sus celebraciones principales coinciden con fiestas mayores entre los meses de junio, julio, agosto y septiembre -aunque el calendario actual se ha ampliado y también se pueden ver estos acontecimientos entre febrero y noviembre.

Asumiendo que el aumento de la temperatura atribuido al cambio climático hace más probable que una situación meteorológica adversa para hacer castillos -como una ola de calor- coincida con un día de castells, un equipo investigador del Departamento de Geografía de la URV ha estudiado a qué retos se enfrentan los castells ante este fenómeno climático provocado por la actividad humana. Este proyecto está realizado en el marco de la Cátedra URV para el Estudio de los Castells.

De hecho, el registro histórico de datos meteorológicos confirma esta tendencia: las festividades castelleras entre 1951 y 2023 han sido entre 0,3 y 0,4 grados más calurosas por década en ciudades como Valls en Sant Joan (24 junio), La Bisbal del Penedès en su fiesta mayor (15 agosto), Tarragona en Sant Magí (19 agosto) o Vilafranca del Penedès en Sant Fèlix (30 agosto). Estos datos confirman que se está produciendo un empeoramiento sostenido, estadísticamente significativo, de las condiciones meteorológicas para hacer Castells en verano. Los índices de calor -una magnitud que combina temperatura y humedad- de este mismo periodo muestran un patrón muy similar: cada vez hay menos días con un índice de calor neutro (menor de 26º) y la tendencia de días con índices de "precaución" (mayor de 26º) y "precaución máxima" (mayor de 32º) va al alza.

Evolució temperatura mitjana 12-15h (esquerra) i anomalies temperatura (dreta): Valls - 24/6 (a); la Bisbal del Penedès - 15/8 (b); Tarragona - 19/8 (c) i Vilafranca del Penedès - 30/8 (d)



Valors Índex de Calor 1951-2023

Con la intención de recopilar datos meteorológicos de primera mano, directamente en las plazas castelleras, en el año 2024 se instalaron sensores de temperatura y humedad. De esta manera, se generó una base de datos climáticos de las festividades castelleras celebradas al mediodía, Sant Joan en Valls (24 junio), la Festa Major de Banyeres del Penedès (14 julio), Santa Anna en El Vendrell (26 julio), Sant Magí en Tarragona (19 agosto), la Festa Major de L'Arboç (25 agosto), Sant Fèlix en Vilafranca del Penedès (30 agosto) y Santa Rosalia en Torredembarra (1 septiembre); otras celebradas de tarde, Diada de les Cultures en Altafulla (13 julio), la Fiesta Mayor de Llorenç del Penedès (11 agosto), la Fiesta Mayor de La Bisbal del Penedès (15 agosto) y también por la noche, Firagost en Valls (7 agosto).

El análisis de los datos ha revelado que la temperatura superó los 30 grados en siete de las once festividades analizadas. Las temperaturas más altas que se registraron fueron de 34,6º en la plaza de la Vila de Vilafranca del Penedès el 30 de agosto; de 34,4º en la plaza de la Vila de Torredembarra el 1 de septiembre; y de 33,9º en la plaza Vella de El Vendrell el 26 de julio. Como era de esperar, la temperatura de la plaza es más elevada al sol que a la sombra, habiendo registrado hasta 4 grados de diferencia en la festividad de Sant Fèlix en Vilafranca.

En la mayoría de los casos la temperatura es más elevada en las plazas que en otros puntos del entorno rural más próximo. Aunque pequeñas desviaciones en las lecturas se pueden explicar por la utilización de sensores diferentes o la distancia entre la plaza y la estación meteorológica más próxima, el responsable en este caso es un fenómeno llamado "isla de calor urbana". Básicamente, los materiales de construcción de las ciudades y la ausencia de vegetación hacen que el calor se acumule en las superficies y no se disipe con tanta facilidad. Las mayores diferencias se dieron en La Bisbal del Penedès, con 3,6 grados de divergencia.

Temperatura a la plaça de la Vila - Torredembarra (12:00-14:15). Diada de Santa Rosalia (1/9/2024)

<!--[endif]---->Combinando datos de calor y humedad, se atribuye a la mayoría de las festividades un índice de calor de "precaución" (mayor de 26º pero menor de 32º). Sin embargo, en algunas -Santa Anna en El Vendrell, Firagost en Valls, la Fiesta Mayor de Llorenç del Penedès, Sant Magí en Tarragona, Sant Fèlix en Vilafranca y Santa Rosalia en Torredembarra- se llegó a un índice de calor de "precaución máxima" (superior a 32 pero inferior a 40) durante un periodo de tiempo significativo. El valor más alto del índice tuvo lugar durante el Día de San Félix a las 15:34, equivalente a 38,24º.

Este mismo análisis se ha repetido en el año 2025 en cinco festividades: Sant Joan en Valls, Santa Anna en El Vendrell, la Fiesta Mayor de La Bisbal del Penedès, Sant Magí en Tarragona y Sant Fèlix en Vilafranca del Penedès.

Además de registrar y analizar datos meteorológicos, el estudio también ha recogido la percepción de castelleres y castellers sobre qué condiciones son más favorables -y cuáles lo son menos- para hacer castells. Mediante talleres participativos, el equipo investigador pudo acceder a las opiniones de 109 personas de 10 grupos diferentes sobre en qué medida afectan a su rendimiento aspectos como la temperatura, la humedad, el viento, la intensidad de la luz del sol y la lluvia, especialmente en verano.

Los castellers consideran que, idealmente, la temperatura y la humedad no deberían ser altas -evitando el bochorno-, que es positivo que el cielo esté un poco nuboso y, por supuesto, que no llueva ni haga un viento fuerte, y aún menos ráfagas. En el caso de la temperatura establecieron un rango óptimo, de 18 grados a 25, y un umbral extremo a los 35 grados, por encima del cual debería plantearse, por la seguridad de castellers y público, no hacer castells. En ningún día de las mencionadas anteriormente se superó este valor, pero el estudio pone de manifiesto que las condiciones meteorológicas óptimas para hacer castillos no se dan en verano.

Finalmente, los investigadores plantean establecer medidas de adaptación, propuestas por los castellers, ante una realidad climática cada vez más evidente. Ante el empeoramiento de las condiciones meteorológicas para hacer castells en verano -especialmente en las horas centrales del día-, y la perspectiva de que esta tendencia continúe a corto y medio plazo, los talleres participativos han permitido configurar seis tipos de medidas: relacionadas con cuando tienen lugar las festividades, con su duración, con el espacio físico donde se desarrollan, con la alimentación y la hidratación de los castellers, con su vestimenta y con las dotaciones sanitarias que deben estar en la plaza.

De estas categorías derivan 45 medidas, valoradas según su prioridad y viabilidad, que deberían adoptar los grupos y organizadores. Las más destacadas y sencillas de implementar son: disponer de agua fresca, generar sombras en la plaza, disponer de espacios interiores climatizados para los castellers, mejorar su vestimenta, adecuar la dotación sanitaria, limitar la duración de las festividades y cambiar su horario.

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